Artículo original Road to Performance

Introducción

En el cuerpo humano, consideramos la simetría a lo largo de un plano sagital, que divida al cuerpo en una mitad derecha y otra mitad izquierda. Cualquier desviación de la simetría entre ambas partes, se denominaría asimetría bilateral1. Las desviaciones de esta simetría para una característica determinada, las podríamos clasificar en tres tipos principales, y un cuarto tipo extra que proponen los autores[1].

Encontraríamos la asimetría direccional, que hace referencia a una característica que es propia y única de uno de los dos laterales. Sería el caso de la distribución de los órganos, que no se encuentra de manera simétrica. En segundo lugar, encontraríamos la antisimetría, descrita como una característica que se desarrolla principalmente en uno de los dos lados, pero este lado puede variar, como es el caso de ser zurdo/a o diestro/a. En el tercer caso, encontramos la asimetría fluctuante, que hace referencia a una característica que se debería desarrollar de manera simétrica, pero no se da, como el caso de la longitud de cada pierna. En el último tipo, sería la asimetría deportiva, que supone una función producida por la adaptación de un deportista a su deporte. Dentro de éste último tipo de asimetría, encontraríamos las habilidades deportivas agrupadas en cuatro grupos: 1) Unilateral (último paso de salto longitud, de altura, etc.); 2) asimétrico bilateral (ej., swing de golf); 3) out-of-phase simétrico bilateral (ej., ciclismo, corredores de resistencia…); y 4) in-phase simétrico bilateral (ej., powerlifters)1. Se debe tener presente que el tipo de deporte y de habilidades específicas del mismo condicionará las posibles adaptaciones asimétricas1.

Conocemos que una gran mayoría de los deportes, tienen un conjunto de habilidades con un carácter asimétrico, especialmente aquellos que consideramos como deportes de equipo. A los profesionales de las Ciencias del Deporte, nos interesa ser capaces de valorar estos niveles de asimetrías en nuestros deportistas, para conocer si esta puede suponer una modificación del rendimiento y/o riesgo de lesión. Profundizaremos en este apartado más adelante. Por este motivo, debemos ser capaces de valorar a nuestros jugadores, a través de herramientas y métodos que nos aporte la mayor seguridad sobre los datos que estamos obteniendo, que sean fiables, de manera que podamos tomar decisiones en función de los resultados, así como compararlos con mediciones posteriores.

Palabras clave: Asimetrías, valoración, rendimiento, riesgo lesión, entrenamiento

¿Cómo medir la asimetría?

Dirección y magnitud

Para entender e interpretar los datos que obtengamos durante los test, es importante aclarar dos conceptos: dirección y magnitud. El concepto de dirección de la asimetría hace referencia a que miembro puede ser dominante, por ejemplo, durante un test de salto [2]. Por otro lado, podemos entender la magnitud, como la medida de intensidad de la asimetría que valoramos. Mediante estos dos conceptos, podremos entender la ecuación del próximo apartado, con el fin de que el signo nos favorezca conocer la dirección de la asimetría, sin variar su magnitud [2]. Es importante manejar ambos conceptos, ya que la dirección (como de consistente es el resultado de que una misma pierna tenga valores mayores entre varias sesiones de test) puede llegar a ser tan variable como la magnitud [3,4]. Por lo tanto, y especialmente para medir los cambios producidos a lo largo del tiempo, debemos tener en cuenta estos dos términos, así como la variabilidad de ambos. Sin tener en cuenta la dirección, y valorar únicamente la magnitud, nos podría llevar a error a interpretar un post-test, ya que la magnitud pudo verse poco modificada, sin embargo, el miembro que tiene peor rendimiento podría ser diferente al pre test. Por este motivo, podríamos interpretar un resultado totalmente diferente a la realidad.

Test y variable utilizada

A la hora de valorar asimetrías tenemos que tener en cuenta varios puntos importantes. Un primer punto es que la asimetría es específica de la tarea (test) y variable que analicemos [3]. Es decir, la asimetría puede variar si realizamos un single leg countermovement jump (SLCMJ), salto ejecutado en un eje vertical, respecto a un Hop Test, salto realizado en un eje horizontal, o incluso si dentro de la misma, decidimos analizar una variable (pico de fuerza excéntrica) u otra (altura o distancia alcanzada) [2]. Debemos conocer también, que la magnitud de la asimetría puede variar en gran medida en función del test. Por ejemplo, la asimetría será mayor en test de salto vertical, respecto a los de salto horizontal [5], por lo que los rangos óptimos deberán tener en cuenta el tipo de test realizado.

Una vez elegido el test a utilizar, debemos tener en cuenta qué registro del test utilizaremos, ya que la asimetría puede variar si escogemos el mejor intento, o si realizamos tres intentos y nos quedamos con la media de los tres intentos [2]. Por último, definir con claridad del protocolo a utilizar y ejecutarlo siempre de la misma manera, como es el caso del uso libre o limitado del miembro inferior en tareas de salto vertical u horizontal [6]. Bishop et al. [2] resaltan como método más apropiado para calcular la asimetría el uso de la media de los intentos, ya que no hay diferencias inter-sesión cuando se utiliza esta metodología. Los mismos autores demuestran que tanto el SLCMJ, como el single leg drop jump (SLDJ) y el Squat isométrico unilateral, tienen una buena fiabilidad para el cálculo, tanto intra-sesión, como inter-sesión. Por lo tanto, podemos considerar estos test (siempre y cuando el protocolo no varíe) como test fiables para la valoración de la asimetría entre miembros. Sin embargo, recomiendan el countermovement jump (CMJ) por encima del drop jump (DJ), por tener este último un alto componente técnico y de aprendizaje, y por lo tanto, una mayor aunque ligera variabilidad.

Bilateral vs unilateral

En el proceso de elección del test queremos utilizar, debemos valorar si queremos calcular una asimetría en un test bilateral (aunque con mediciones unilaterales), o un test unilateral, como podría ser el caso de un CMJ con plataformas de fuerza duales, o un SLCMJ [4] respectivamente. Que el cálculo sea en un test unilateral o bilateral nos condicionará la fórmula que utilicemos para el cálculo. Las características del deportista o del deporte determinarán la elección de un un tipo de test u otro [4].

Terminología y fórmula utilizada

Ahora que conocemos que test queremos utilizar y que variables queremos analizar, debemos saber qué fórmula utilizaremos para calcular el nivel de asimetría.

En la literatura encontramos diferentes cálculos y nomenclaturas, que van a condicionar el resultado, y en especial el análisis posterior si repetimos el test a lo largo del tiempo. La literatura denomina a ambos miembros como dominante/no dominante, fuerte/débil, izquierdo/derecho, y lesionado/no lesionado [7], y encontraremos fórmulas (ver Figura 1) para test bilaterales o unilaterales que utilizarán diferentes nomenclaturas [4,8].

Figura 1. Diferentes fórmulas utilizadas en la literatura para el cálculo de asimetrías. Extraído de Bishop et al. [8].

Figura 1. Diferentes fórmulas utilizadas en la literatura para el cálculo de asimetrías. Extraído de Bishop et al. [8].

En caso de que utilicemos fórmulas que identifiquen los datos como miembro fuerte/débil (o máximo y mínimo), esto condicionará la interpretación en el post test que hagamos para comprobar si la asimetría ha mejorado o no [8]. Pongamos un ejemplo. Si existe una asimetría en la que el miembro derecho es un 15% más fuerte y tras el entrenamiento la asimetría es del 10%, pero siendo en este caso el miembro izquierdo más fuerte, la fórmula que identifica el valor mayor respecto al mínimo solo mostrará una disminución de un 5% de asimetría de un miembro respecto a otro, siendo realmente un cambio de un 25% de asimetría en favor el miembro que previamente era más débil. Esto puede deberse a un mal planteamiento del entrenamiento en la reducción de la asimetría.

Podemos ver en la Figura 1 como ante un mismo caso hipotético, las diferentes fórmulas de la literatura podemos obtener resultados muy distintos. Bishop et al. [4], destacan en el uso de un test bilateral la importancia de que para el cálculo de asimetrías debe relativizarse siempre a la suma de ambos. Por lo tanto, las fórmulas que no contengan un valor relativizado a la suma de ambos, no serán válidas para el cálculo en test bilaterales.