Las lesiones en el deporte de alto rendimiento tienen un alto impacto, principalmente económico, para las organizaciones deportivas. Y además, parece que la baja disponibilidad de jugadores en los deportes de equipo se asocia con menor probabilidad de ganar. Estas consecuencias han motivado que los clubes destinen recursos (humanos, materiales, etc.) en “prevenir” lesiones o “reducir el riesgo de lesión”. Implementación de propuestas exitosas empleando el método científico, comprensión y aplicación de propuestas teóricas sin evidencia actual o cruzar los dedos invocando a la suerte, son los métodos principales de los que se dispone actualmente para combatir las lesiones.

Una búsqueda sencilla en Pubmed muestra como ha evolucionado en lo que llevamos de siglo el interés por este concepto de la prevención de las lesiones. Para lograrlo, desde los clubes deportivos y los grupos de investigación en la universidad, se trata de identificar y trabajar sobre los principales factores de riesgos con la esperanza de mitigar los efectos negativos que provoca a la organización y al propio deportista, en el corto y en largo plazo, una lesión.

Con esta serie de editoriales pretendemos analizar el concepto de la “prevención de lesiones”, tanto desde el enfoque conceptual como de su implicación práctica a la hora de planificar y diseñar los contenidos del entrenamiento. Acompáñanos a lo largo de estas entradas en las que trataremos de identificar cuál es el impacto real que podemos tener como profesionales y cuánto de lo que ocurre se lo debemos al azar.


El uso de la taxonomía

Prevenir, que proviene del latín “praeventio”, que a su vez deriva del verbo “praeventus”, compuesto por “prae” (antes) y “eventus” (evento), significa literalmente “actuar antes de un evento”

El primer punto que se plantea cuando hablamos de abordar los factores de riesgo de lesión es si realmente es adecuado emplear el término prevención de lesiones o debemos utilizar otras alternativas.

En el podcast ya hemos comentado la importancia que le damos a facilitar la comunicación y el entendimiento entre los profesionales de las ciencias del deporte (Prevención de lesiones, ¿Cómo lo entendemos?). En ocasiones, durante el desarrollo del proceso de entrenamiento, debemos anteponer el entendimiento a la precisión y exactitud del lenguaje, ser capaces de comprender a qué se refieren los demás e identificar las implicaciones que sus ideas suponen en la práctica con los deportistas. Y, especialmente, identificar si las propuestas, propias o ajenas, a realizar tiene un impacto real o pudieran ser suposiciones con poca evidencia científica. En el caso que nos ocupa, la prevención de lesiones, de lo que sobre todo debemos convencernos es que este no es un problema claro/sencillo o complicado, nos referimos en todo momento a problema altamente complejo, si no caótico, que no depende solo de nosotros que obtengamos éxito, por lo que requiere de un ejercicio de humildad en medir muy bien las posibilidades de generar resultados positivos de nuestras intervenciones.

Extraído de Thinking With You

Extraído de Thinking With You

Por lo tanto, si la prevención no está supeditada totalmente a las propuestas de entrenamiento que podamos diseñar, podría cobrar fuerza la idea de que debemos utilizar otros términos con los que nos sintamos más cómodos como el de reducción de riesgo. En cualquier caso, lo importante es entendernos, utilizar un lenguaje común y saber a que nos referimos. El término prevención está muy instaurado, nosotros en algunas ocasiones también lo podemos utilizar, pero siempre entendiendo esta parte que no está en nuestra mano y que por lo tanto no podemos “prevenir” nosotros con nuestro trabajo.

Complejidad

Para tener una perspectiva global del riesgo de lesión, es importante tener presentes en todo momento que este es un problema de naturaleza compleja.

Entre las características que definen a problema complejo encontramos la presencia de múltiples elementos que forman parte del sistema, los cuales guardan una relación entre ellos y de su relación, circunstancial y relativa, es lo que marcará el devenir del sistema. Este resultado final podrá por tanto verse expresado como lesión o no lesión. Y es en ambos casos necesario resaltar que la cantidad de los elementos y sus interacciones son tantos que si tratamos de enumerarlos todos la lista tendería al infinito.

Esta cantidad de factores que influyen en que se pueda producir una lesión no son abarcables por un preparador físico, ni por el resto de profesionales que trabaja continuamente para que el deportista no se lesiones. A pesar de esto, estos factores deben conocerse, al menos una parte importante de ellos. Será este conocimiento el que nos permitirá evaluar mejor los riesgos, y, sobre todo, nos ayudará a no caer en reduccionismos absurdos. Cuanto más amplia sea nuestra visión al identificar los elementos que participan del engranaje del sistema y ponderemos la importancia relativa de los mismos, mayor será la capacidad de influencia positiva sobre ellos. Este es el camino para acercarnos al éxito de reducir el riesgo de lesión. Un éxito muy difícil de evaluar de manera objetiva.

En una de las publicaciones del blog (Riesgo de lesión: contexto y valoración - Road to Performance) hablamos de la complejidad implícita en este tema de la prevención de lesiones. Esta es una aproximación que podemos resumir (con cierto sesgo reduccionista) en que el resultado de la interacción no es la suma de las partes, sino que esta provoca que en ocasiones emerjan comportamientos diferentes, a veces desconocidos o que tienen un nivel de complejidad tal que no podemos comprenderlos con las herramientas y modelos de análisis actuales. De este modo, si existe interacción entre numerosos factores, como los cambios de cierta magnitud en uno de ellos, el resultado no será necesariamente una variación en magnitud similar (o correlacionada) con el cambio. El impacto podría ser tan alto, o tan bajo, que pudiera llevaros a un resultado final inesperado, como es el caso de la lesión.

Tenemos por lo tanto que tener una visión amplia (por el gran número de factores que intervienen) y con un enfoque no lineal (por la complejidad de las relaciones que se dan en el deportista dada su naturaleza).